Trump vuelve, un susto para México.
Es inminente el triunfo del señor Donald Trump, el expresidente que causó que el mundo temblara y no se ha detenido. Las elecciones presidenciales de este 2024 frente a Kamala Harris nos muestran un panorama conciso, la victoria de Trump ya está en el último escalón para llegar a la cima.
El contexto establece implicaciones significativas en la relación entre Estados Unidos y nuestro país. La victoria asegura a estados clave como Carolina del Norte, Georgia y Pensilvania, esto provocó que los republicanos recuperen el control del Senado, con esto se le otorga un mandato fortalecido a Trump para su segunda victoria. El escenario plantea políticas internas y exteriores que podrían impactar el comercio, la migración y la economía, golpeando en México.
Desde el comienzo con su primera pisada en la presidencia, Trump impulsó la postura de "Estados Unidos primero", se centró en renegociar todos los acuerdos comerciales y subir las tarifas a algunos países, pasó a imponer un trato más severo con China y estableciendo restricciones en la frontera sur. Puede que esta vez busque medidas más estrictas, que podrían tener efectos en nuestra economía. La relación comercial bajo el T-MEC, podría ser afectada si Trump cambia las condiciones del intercambio de bienes y servicios.
Otro tema significativo dentro del contexto es la política migratoria. Trump prometió fortalecer aún más la frontera con México, probablemente impacte con una presión adicional contra el gobierno mexicano para que sean implementadas medidas de contención migratoria en el propio territorio. Las políticas de contención ya en el pasado obligaban a México a recibir a los migrantes mientras esperaban las solicitudes de asilo en Estados Unidos; podrían regresar y requerir aún más recursos y la colaboración de nuestro país en temas de seguridad fronteriza.
Además, Trump ya nos ha demostrado una postura agresiva anteriormente ante los desafíos en la seguridad, con posibles implicaciones de cooperación bilateral en la constante pelea con el narcotráfico y el crimen organizado. Ambos países, tanto México como Estados Unidos han colaborado antes en estos temas, la administración del expresidente Trump podría demandar ciertos compromisos mayores por parte de México, ejerciendo presión continua para obtener resultados eficaces en la reducción del tráfico de drogas y la violencia relacionada.
Por otro lado, la visión del ya casi confirmado presidente Donald sobre asuntos globales y su desinterés en fortalecer sus alianzas internacionales puede posicionar a México en una situación diplomática complicada. Sin una relación verdaderamente firme con EE. UU, México podría verse presionado de manera que deba buscar alternativas y fijar su autonomía en política exterior.
En definitiva, el triunfo de Trump causa escalofríos, esperemos que nuestro gobierno esté preparado para los desafíos que caerán en nuestro país con la migración, el comercio y la seguridad. El gobierno mexicano necesitará parar el pecho para negociar en un contexto de adaptación que será clave para que los efectos de la política de "Estados Unidos primero" puedan ser manejados con la cabeza fría ante la presidencia de Trump.
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